Pareciera
que en las áreas consolidadas de la Ciudad de Buenos Aires no existe la
posibilidad de generar nuevo espacio público. La urbe se hace más densa, pero
los servicios y el espacio público no acompañan este proceso. Acciones de
embellecimiento sobre plazas o parques existentes, intervenciones sobre áreas
en desuso del ferrocarril y proyectos de acupuntura urbana son los lujos que
puede permitirse la ciudad una vez que ya están “gastados” los bordes de las
vías del tren, los bajo autopistas, algún que otro fragmento olvidado residuo
de la variación de la cuadrícula, etc.
Ya
no quedan lugares vacantes... ¿O será que no estamos mirando con atención?
A-Parquear propone la utilización del espacio aéreo no utilizado de los estacionamientos a cielo abierto. Se inscribe así dentro de un conjunto amplio de búsquedas y de proyectos que están preocupados por la ciudad contemporánea, atentos a estos vacíos, a lo no codificado, a las zonas muertas, a los intersticios, a los espacios todavía vacantes, capaces de ser un suelo nuevo, la fisura desde la cual lo público pueda crecer y expandirse.
PLAN BUENOS AIRES VERDE
El
plan Buenos Aires Verde, lanzado en 2014, tiene como metas “aumentar la
cantidad de espacios verdes públicos y la capacidad de mitigación de
inundaciones en la ciudad; que los vecinos tengan una plaza a no más de 350
metros; reducir entre 5 y 6 grados las temperaturas extremas de la Ciudad y
contribuir a la reducción del consumo energético”. Para que el 96% de los
ciudadanos estén a no más de 350 metros de una plaza, deberán crearse 78 nuevas
plazas.
Para lograrlo, es probable que la Ciudad deba realizar gran cantidad de expropiaciones. Esto, a primera vista, parece difícil de implementar.
A-Parquear permitiría la implementación del plan en forma gradual, a costos razonables, sin necesidad de realizar expropiaciones.
RELEVAMIENTO
A modo de testeo, nos
situamos en una zona delimitada por las avenidas Córdoba, Belgrano, Entre Ríos,
Callao y el bajo, en busca de estacionamientos a cielo abierto y espacios
verdes existentes. Detectamos (en 2014) una superficie de 16,2 hectáreas de
espacio verde y 64 estacionamientos, equivalentes
a 11,06 hectáreas. Lo que a priori pudiera parecer una pequeña intervención, en
cuanto a superficie representaría poco más de un 40% de incremento del espacio
de parques y plazas existente. De hecho, la sumatoria de todos los espacios
detectados equivale a la superficie de Parque Las Heras multiplicada por 1.5: constatar
que existe la posibilidad de generar espacio público a semejante escala como
mínimo entusiasma y nos hace pensar que el proyecto, lejos de ser utópico, es
una posibilidad real de materializar con mínimos esfuerzos el sueño de una
ciudad mucho más amable que la que conocemos.
PANDEMIA, AMBIENTE Y ESPACIO PÚBLICOLa pandemia puso de manifiesto problemas que se encontraban latentes en relación al medioambiente, la salud, las relaciones laborales y modalidades de trabajo, el espacio público y un largo, larguísimo etcétera.
Ya en 1941 se preguntaba Sigfried Gideon: ¿Cuál será la futura fase de desarrollo urbano de la gran ciudad? (…)Según unos, la metrópoli no tiene salvación y debe ser disgregada; según otros, en lugar de ser destruída, la ciudad debe ser transformada con arreglo a la estructura y al espíritu de nuestro tiempo…
En un momento en el que se cuestiona la intervención del hombre sobre el territorio, emergen teorías de retorno a los orígenes tanto como de tecnologías superadoras que permitan continuar creciendo (en población, consumo, energía). El espacio público y los temas relacionados al medioambiente deben ser ejes centrales para cualquier agenda actual. A-Parquear es un proyecto centrado en ambas cuestiones.
Entender a la ciudad consolidada como una nueva naturaleza, territorio a ser intervenido, superficie sobre la cual instituir nuevos modos de urbanización: en la urbe siempre habrá un espacio residual donde la soberanía del imaginario colectivo e individual podrá detonar. En este sentido, la definición de lo privado y lo público con la línea municipal como límite nos condiciona.
La frontera es más interesante que el límite. La frontera es un campo, una región, una faja extensiva y dinámica, donde los extremos son difusos, adaptables, y están en constante movimiento.
INCREMENTO DE COCHERAS Y FINANCIACIÓN
Buenos Aires está colapsada. Los efectos negativos que produce la congestión vehicular son muchos: contaminación de la atmósfera, contaminación sonora, incremento de accidentes, retrasos, consumo adicional de combustible, etc. Esta situación no es el tema central de nuestra propuesta. Sin embargo, es notoria la necesidad de mayor cantidad de lugares de estacionamiento en zonas céntricas.
A-Parquear combina la generación de espacio verde con el incremento de cocheras: como modo de autofinanciarse para reducir el impacto en las finanzas del Estado, ideamos una serie de funciones accesorias que, a lo largo del tiempo, minimizarían la inversión inicial: conmutación del ABL durante 10 años al propietario del estacionamiento, construcción de locales comerciales en la nueva plaza, incremento de cocheras.
CIUDADANOS, GOBIERNO Y PRIVADOS
A-Parquear,
aplicado a la Ciudad de Buenos Aires, beneficia a tres partes: Los ciudadanos
de Buenos Aires; el Gobierno de la Ciudad; los dueños de los estacionamientos.
A
los ciudadanos les aporta: más plazas: mejor calidad de vida; más verde: mejor
calidad ambiental (más espacios verdes, menos contaminación, menos calor, más
oxígeno).
Al Gobierno: Es una solución de costos razonables para sus programas de
Cubiertas Verdes y el Plan Buenos Aires Verde. Además, aporta nuevos espacios
de estacionamiento en zonas de alto tránsito.
Dueños de estacionamientos: Aumenta su negocio con la construcción de más
cocheras.
Mantiene el valor de su terreno. Genera mayor afluencia de gente a su
estacionamiento.
Proyecto: Ramiro Gallardo, Mariano Piccinni, Max Zolkwer.
Equipo de trabajo: Tomás Bueri, Edoardo Corna, Florencia Crivilone, Germán Landajo, Guillermina Pastormerlo, Esther Paz.
Diseño de isotipo: Enrico Rovaletti.